La muestra fotográfica "Objetivo Cáceres 2016", constituida por unas decenas de fotos que reflejan el tesoro patrimonial de Cáceres, ha sido el origen de un alicorto calentón del presidente del PP andaluz, Javier Arenas, con el alcalde sevillano, Alfredo Sánchez Monteseirín. Resulta que las fotografías sobre Cáceres están colgadas en el Patio Mayor del Ayuntamiento sevillano. El regidor hispalense, dentro de los cánones de la cortesía y de los usos del buen anfitrión, tenía previsto asistir a la inauguración de la muestra, lo cual, según Arenas, "no ha sido un buen gesto" para con las candidaturas a la Capitalidad Cultural del 2016 de Córdoba y Málaga. Finalmente, Monteseirín no fue a la inauguración, representando a la Alcaldía una concejala de su equipo de gobierno.

¿De verdad piensa Javier Arenas que la presencia del alcalde de Sevilla en una muestra de fotos de Cáceres en el ayuntamiento de su ciudad era un apoyo explícito a la candidatura de Cáceres en detrimento de las de Málaga y Córdoba? Parece que es mucho pensar. Es difícil imaginar que ese gesto vaya, en su momento, a resultar decisivo para las aspiraciones de Cáceres. Este suceso, en cambio, da que pensar sobre lo pendientes que están en Andalucía de la opción cacereña, la cual ha recibido una publicidad inesperada por parte de Arenas. Harían bien los regidores de Córdoba y Málaga de quejarse al presidente popular andaluz por ser tan buen pregonero de las aspiraciones de la ciudad extremeña.