Esto de la armonización fiscal me recuerda a lo del aprobado general. Los que no son capaces de llegar a una nota mínima que acredita que se han alcanzado los objetivos, por falta de trabajo o de capacidad, son fieles defensores de ese sistema que enrasa, injustamente, a todos a un mismo nivel.

En materia tributaria, se está llamando armonización fiscal a un subterfugio que encubre realmente una subida de impuestos. Pero no se nivela a la baja, es decir cobrando menos a los ciudadanos, sino que el Gobierno de Sánchez pretende, en boca de su socio portavoz, Gabriel Rufián, promotor de la idea, que se suban los impuestos para que los españoles paguemos más.

Todo esto viene, ya lo saben ustedes, por Madrid, obsesión del Gobierno de Sánchez desde que llegó al poder, porque con impuestos bajos los datos económicos, de empleo y de competitividad, no tienen rival en España.

¿Qué dice Extremadura? Vara dice que aprobado general. Estamos entre las tres comunidades autónomas con impuestos más altos, junto a País Vasco y Navarra; me voy a ahorrar la comparación con ellas en empleo, desarrollo y datos económicos por desolación. Los extremeños soportamos los impuestos más altos de España, pero esa presión fiscal no ha servido para crear empleo, ni para mejorar la competitividad, ni dar mejores servicios.

Madrid con bajos impuestos hace, en cuatro meses, un hospital especialmente adaptado y diseñado para la pandemia. Mientras, en Extremadura, asfixiados a impuestos, ni hacemos el nuevo hospital de Don Benito-Villanueva, que lleva años siendo un solar pastado por ovejas con un cartel publicitario en medio, ni terminamos la segunda fase del Hospital de Cáceres.

Sánchez no puede soportar que le recuerden continuamente que las cosas se pueden hacer de otra forma, de manera más eficaz y con mejores resultados; por eso, pretenden igualar los impuestos, aumentándolos, para que no sea tan evidente su incapacidad.

El ministro de finanzas de nuestro vecino Portugal, lo tiene claro: el gobierno luso no subirá impuestos, al contrario habrá medidas de alivio porque es crucial para ”estabilizar la economía y los ingresos de los hogares”. Esta decisión del país vecino, entre otras, está haciendo que las empresas lo miren con buenos ojos y comiencen a instalarse allí; a más empresas, más empleo y más crecimiento.

En condiciones irrespirables de presión fiscal ¿va a competir Extremadura, no solo con el resto de comunidades, sino también con nuestros vecinos portugueses? No es extraño que, en el índice de competitividad regional, Extremadura ocupe el último lugar.