Susana Mendiluce

Barcelona

LUCHA CONTRA EL COVID-19

Cuando el enemigo invadió la serenidad de todo un país, nos alarmamos y fielmente nos confinamos como pájaros enjaulados. Cuando finalmente el Gobierno nos dio permiso para abrir nuestras jaulas, muchos hicieron caso omiso de que el enemigo seguía existiendo entre nosotros, haciendo de esta libertad un abuso imperdonable. Pero, ¡ay!, el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. El covid-19 se ha convertido en nuestro enemigo potencial, invisible ante nuestros ojos. No hay armas biológicas por el momento para derrotarlo, pero sí otra: la responsabilidad individual. Muchos creen que son invencibles, que «no va con ellos» por ser jóvenes, que es un «bulo», como en ocasiones he oído, y que esto pasará. Suelo ser optimista, pero me dirijo a todos aquellos que no tienen sensatez, que no piensan en sus mayores y familias y que creen que lo que está sucediendo es como una película de ciencia ficción. A todos ustedes que justifican lo injustificable, que ignoran que existe un peligro mortal, espero que ningún familiar se vaya para siempre por su ignorancia, por su egoísmo imperdonable, por pensar que «a mí no me tocará». Quiero seguir viviendo sin miedo y ustedes me están arrebatando esta libertad.