Periodista

El periodista marroquí Alí Lmrabet no quiere abandonar la huelga de hambre. Le han rebajado la pena a tres años de cárcel, acusado de calumnias contra el rey, pero él mantiene que ha ejercido la libertad de expresión y opinión en un país que se llama democrático.

¿Vale la pena arriesgarse a morir para demostrar a la comunidad internacional que todavía hay países que de puertas afuera son democráticos y en los que de puertas adentro no se puede denunciar lo que se considera denunciable? ¿La UE pondrá en peligro su relación con Mohamed VI? Lmrabet es uno de tantos que luchan para que el mundo actúe ante la violación de derechos reconocidos desde 1948. A veces lo hacen, y a veces no. Estamos en la cuenta atrás.