Joseph Kesselring tuvo un gran éxito teatral con su obra Arsenic and old lace , con cuyo argumento Frank Capra realizó una inolvidable película, que aquí se tradujo como Arsénico por compasión , en lugar de Arsénico y encaje antiguo . Dos encantadoras viejecitas reciben la visita de un sobrino, y éste comienza a descubrir, espantado, que las tiernas tías envenenan a todo aquél que pasa por su casa y no es feliz.

Pues bien, a estas alturas de la Liga, de la Liga electoral, me siento muy identificado con las viejecitas y, al observar lo infelices que son los candidatos, la aperreada vida que llevan, y lo desdichados que se quedarán todos, menos unos, después de haber perdido, siento la tentación, no de matarles con arsénico, no, pero sí de darles vacaciones hasta el domingo, y como no se van a dejar, inyectarles una sustancia que los adormeciera, de manera tan suave como intensa, para que no se despertaran hasta el domingo por la mañana.

Me pierde la compasión, después de haber superado la primera etapa que denomino la de la doble i porque me produce una Irritación Irresistible. La primera parte de la campaña me rebelo ante las promesas falsas, los planes ficticios, los objetivos improvisados y las propuestas groseras, que no resisten una pequeña aplicación del raciocinio.

No es que uno sea muy inteligente, pero la inteligencia que le ha tocado en el reparto se siente ofendida por las exposiciones burdas y los planteamientos toscos, esa especie de avergonzamiento que uno siente cuando observa al torpe ilusionista cómo se le escapan las palomas por debajo del abrigo, sin darle tiempo a decir las palabras mágicas, es decir, sin provocar en nosotros un pequeño espejismo. A pesar de ello, superada la etapa de la doble i , me vuelvo tierno y sensible, y me inunda una compasión universal, casi panteísta, que me impele a tener con los candidatos la clemencia que ellos no han tenido conmigo en sus discursos.