WEwl presidente de la Asamblea, Federico Suárez , ha abierto el nuevo periodo de sesiones recordando que está en marcha la reforma del reglamento, cuya primera pretensión es hacer un parlamento más vivo. Suárez quiere que se agilicen los procedimientos para conseguir que "lo cotidiano llegue a la actividad parlamentaria", al tiempo que se compromete a velar "para que las comparecencias de los miembros del Gobierno se celebren con la celeridad que el tema requiera". Es una idea en la que ha insistido desde que el pasado mes de mayo presentó a los grupos parlamentarios el borrador de reforma del reglamento. Una iniciativa que merece ser apoyada porque cuanto más se debata en la institución nacida para debatir mejor para todos. Pero la Asamblea es también el órgano de control del Ejecutivo y, en este aspecto, en ella confluyen dos tipos de presiones: la de la oposición para marcar la labor del Gobierno, y la de éste para que ese marcaje no sea todo lo estrecho que pretende aquélla. Es decir, que el presidente tendrá que convencer en primer lugar a su propio grupo para que acepte fórmulas que agilicen la actividad de la Asamblea y la hagan más rica. Una de ellas podría ser la de las preguntas semanales al presidente, de larga tradición parlamentaria.