Tras la detención y encarcelamiento de la cúpula de Batasuna, Ibarretxe ha recordado que al Reino Unido "jamás se le pasó por la imaginación meter a los dirigentes del Sinn Fein en la cárcel para avanzar en el proceso de paz y conseguir acuerdos". No sabemos si le parece bien, por seguir con el espejo irlandés, la cuádruple suspensión de la autonomía que el Gobierno británico ejecutó precisamente para forzar el proceso, aunque apostaría sin riesgo mi patrimonio por adivinar que esa simetría no le gusta.

El PP considera la quema de fotografías del Rey un menoscabo a la Corona propiciada por la blandura del gobierno socialista, mientras las pancartas que aparecían en sus manifestaciones y llamaban asesino a Zapatero o, en eufemismo macabro, lo invitaban a "irse con su abuelo", fueron despachadas como mera anécdota que no les concernía. Tampoco ha explicado suficientemente José Blanco por qué si Zapatero se comprometió a respetar la decisión de sus compañeros navarros en la configuración del nuevo gobierno autonómico, una vez adoptada fue enmendada desde Ferraz por quienes no fueron elegidos en las urnas.

Joan Laporta quiere una selección para Cataluña, pero no explica si también desea que sus estrellas jueguen en una liga nacional catalana con el Español, el Gimnástic y un puñado de equipos que hoy habitan en Segunda B o en Tercera. Los obispos se revuelven contra la Ley de Memoria Histórica, que pretende rescatar la dignidad de decenas de miles de mártires de la democracia, mientras se afanan en elevar a los altares a todos los mártires de la religión, los suyos. Aquello es reabrir viejas heridas, dicen, esto es hacer justicia.

Entiendo que a un tipo que circula a más de 200 kilómetros por hora se le lleve a la cárcel, pero no comprendo por qué no se prohíbe fabricar coches que alcancen estas velocidades mortíferas ni por qué hacemos desde el Código Penal lo que se debería hacer desde el ministerio de Industria.

En fin, también los padres permitimos que nuestros niños vean en la televisión sandeces que rayan la obscenidad y, sin embargo, los mandamos a la cama ante un coito. Pero no es lo mismo.