Querido amigo: Te escribo desde la amistad y desde el respeto que mereces. Siempre me has demostrado que eres una gran persona y tu voluntad decidida de buscar lo mejor para tu pueblo, dispuesto siempre a tender la mano, sin esconderte, porque eres un demócrata que entiende la política como el arte de hacer lo posible y no "lo menos posible". Todos sabemos que más allá de las ideas y del cinismo político, en los pueblos se valora a las personas y tú inspiras confianza. Conozco un poquito a Albalá y quiero que ese pueblo al que estoy vinculado desde el corazón, aunque algunos no se lo crean, merece ser tratado con respeto, tome el camino que tome. Sabes que no soy partidario de que el ATC venga a nuestra tierra por todo lo que significa y con los riesgos "controlados" --afirman sobre el papel-- que entraña, aunque sin duda puede ser decisivo para que Albalá deje de ser irrelevante y acabe muriendo del todo. No nos engañemos, el proyecto va a ser un motor de desarrollo en Albalá y en la comarca, aunque quienes gestionen el mucho dinero que va a entrar en las arcas municipales tendrán que saber al servicio de quiénes están.

Es llamativo que algo que ha sido aprobado en el Parlamento español por parte de los grandes partidos, sin embargo, a nivel autonómico -- los mismos partidos-- se rasguen las vestiduras y no quieran el ATC, ya que las elecciones están a la vuelta de la esquina. Lo mismo sucede con los pueblos vecinos que, aunque dicen que no a la candidatura de Albalá, les hubiera encantado estar en su lugar por las maltrechas economías municipales. Sabes muy bien, Joaquín, que no vale la neutralidad en asuntos que tienen tantas aristas, porque no tomar postura es tomar postura. Los que nos consideramos amigos tuyos, tal vez, no hemos estado a la altura y te hemos dejado bastante solo, porque tú sabes lo que supone tener que tomar una decisión tan difícil en un momento tan delicado como fue aquel pleno en el que Albalá dijo que sí al ATC, porque es muy fácil hablar desde fuera, ¿verdad? Quienes te han juzgado --sin escucharte ni hablar contigo-- son unos cobardes y no quiero edulcorar lo de la cobardía amparada en el anonimato. Nadie como tú en Albalá conoce los pros y los contras que conlleva la candidatura, nadie. El pueblo, sus vecinos, están callados y ya sabes: "el que calla otorga o no tiene nada que decir". En este caso, hay que decir mucho y hay que ser transparentes. Sé que vais a organizar charlas informativas sobre el tema pero, por favor, que se pongan sobre la mesa las distintas posturas. La consulta popular se debería producir en un pueblo en el que cuesta tanto dar la cara y en el que se han dejado pasar tantas oportunidades que no volverán, por miedo a arriesgar y a innovar.

No estás solo, amigo, te lo digo con sinceridad. Llevas muchos años trabajando al servicio de tu pueblo sin hacer alarde de nada y tu familia sabe el precio que hay que pagar. Me gustaría que a las personas que no están de acuerdo se las escuchara y no se les pusiera sordina a su legítima opinión --también en los medios--, tan válida como la de los que están a favor. Los políticos tendrían que aprender --no es tu caso-- que en democracia no se debe decir que "el que no está con nosotros está contra nosotros". Quedan pocos meses para que se desvele el misterio y, no nos engañemos, Albalá tiene muchas papeletas, aunque no se lo crean. Joaquín, no dejes de ser como eres y no renuncies nunca a tus principios, porque muchos confunden sus principios con sus prioridades e intereses personales y aquí, me parece, la prioridad es luchar por Albalá, estemos o no de acuerdo en estos momentos. Con todo mi afecto.

Pablo J. Galán mañanas **

Cáceres