TEtxiste no solo una percepción mayoritaria por parte de la sociedad española en su conjunto sino además unos indicativos cada vez más alarmantes que señalan la necesidad. Se ha ido demasiado lejos en la cuestión autonómica y parece cada vez más claro que sería bueno dar marcha atrás en ciertos aspectos. Y no sólo bueno sino, en ocasiones, imprescindible. Sin embargo, reconocido esto, inmediatamente se contesta: es imposible. No se puede. Y parece que con ello hemos de conformarnos. Pero ¿por qué? ¿Por qué hemos de seguir en ciertas direcciones avanzando hacia el precipicio si somos además conscientes de que vamos de cabeza al despeñadero?

Pues claro que puede darse marcha atrás, si esa voluntad es la mayoritaria en el pueblo español. Se puede y se debe y no vale, en democracia, nada más que la voluntad soberana de un pueblo para decidir a dónde quiere ir. O mejor, por dónde no se quiere desplomar y deshacer. Un detallado informe del Financial Times lo dejaba negro sobre blanco. Económicamente España no puede aguantar la actual fórmula del Estado autonómico. Se está rompiendo la unidad de mercado y el Estado, en lo económico está desapareciendo. Las CCAA absorben la mitad del presupuesto público, mientras que el 30% restante se lo lleva la Seguridad Social, con lo que al Ejecutivo le queda un exiguo 20% del total.

La crisis económica es buen momento para la reflexión. Porque la salida en España va a ser lastrada, amén de por otros factores, todavía más por este lado. Lo lógico sería aprovechar el momento para la reflexión y la corrección del peligroso rumbo. Pero en la realidad sucede lo contrario. O sea, se acelera hacia el disparate. Las CCAA, insaciables, piden aún más y en caso de conseguirlo, que lo conseguirán, fragmentarán aún más la ya muy tocada unidad de mercado, además de otras unidades en verdadero peligro de extinción.

Pero, aunque la resistencia y la deriva sean tan potentes y aunque no exista en los partidos que podrían hacerlo (PSOE y PP) verdadera voluntad política y una mínima valentía (y en el caso del PSOE además falta convicción y si alguna parece tener ZP es precisamente la contraria), hay que levantar la voz de sentido común y de la sensatez. Si por ahí vamos al desastre deberemos corregir el rumbo y si hay que desandar camino, pues que se desande. Esta es la cuestión económica, que es prioritaria, pero otras no son menos importantes.

Desde luego habría que debatir y muy seriamente si, por ejemplo, Educación y Sanidad no deberían ser o volver a tener al menos un cierto control estatal. Ah! ¿Y que alguien me diga cuál es la razón de si estamos convencidos de ello el por qué no debe hacerse? Razón de Estado, claro y no razones de politiquería, partidismo e interés.