XHxay que ver las cosas de las que se entera uno con esto de la autovía Cáceres-Badajoz. Resulta que el PP no la incluía en su programa electoral. Digo yo que eso no será muy decisivo para hacerla o no, porque tampoco incluían en su programa que nos meterían en una guerra y nos llevaron a Irak. Tampoco está mal saber que Saponi y Celdrán no la han reclamado. O sea, que la política de carreteras la hacen los alcaldes, no el consejero. Además, nos enteramos de que Saponi prefiere un palacio de congresos y Celdrán una ronda, con sus rotondas, eso sí. De manera que nos damos por enterados de que parecen un poco miserables pidiendo, pues con el presupuesto de la autovía se podrían hacer varias rondas y no se sabe cuántos palacios de congresos.

Claro que, al mismo tiempo, sabemos para qué quiere la gente la autovía. Mi amiga Rosa la necesita para ir a Elvas, y de paso a El Corte Inglés, y alguna vez a Lisboa. Hay cosas de las que solamente se ha enterado Celdrán. Que algunos pacenses la quieren para acortar el camino hasta Madrid y nos han fastidiado porque, según él, un virtuoso de la sospecha y la adivinación del pensamiento, marginaría a Mérida y eso no lo permite Ibarra. Por lo tanto, piensa que es tan corto de miras como él, cuando la experiencia dice que les separa una distancia sideral. Eso lo podría aclarar Acedo, pero calla como muestra de su proyecto regional. Al menos esta discusión habrá servido para que muchos descubran el valor ambiental del entorno afectado.

Y lo que aprende uno de presupuestos y de política. Puesto que el PP no debe priorizar ni optimizar el gasto, la ha tomado por bandera y obliga a los concejales socialistas de ambas capitales a superar la esquizofrenia mediante la distinción entre necesidad y urgencia. A los diputados no les ocurren estas cosas, pues nunca se ha producido una votación en la Asamblea en la que el voto haya tenido que ver con la adscripción provincial, sino con la posición del partido respectivo. De manera que lo de la paridad era un cuento chino como se sospechaba.

A mí lo que más me convence es lo de las relaciones entre ambas ciudades hermanas. Pero me parece insuficiente y peligroso el nombre, porque "Calle Mayor de Extremadura" suena pretencioso y margina a Mérida. Es necesario buscar una denominación descriptiva. Por ejemplo, "Avenida del Amor Fraterno", que explica por sí sola las buenas y frecuentes relaciones que siempre han existido entre las dos ciudades.

¿Nos dirá alguien si aumentaría el PIB y bajaría el paro? La solución, próximamente.

*Profesor