TAtnda que buena la ha armado el Ministerio de Sanidad con el tallaje de las prendas femeninas. Que si diábolo, campana o cilindro. Su finalidad es homogeneizar las tallas en medidas, marcas y fabricantes. Pero no sé de qué nos asombramos. Lo que ocurre que ahora le han puesto nombre. ¿Qué mujer no ha entrado en una tienda a comprarse ropa y resulta que si no eres como la Claudia Schiffer o tienes un tipo diábolo, te las ves moradas para encontrar una prenda que te siente bien porque si, por ejemplo, eres campana, necesitas la 40 para la parte de arriba y la 44 para la de abajo; si eres cilindro, todo te estará ancho, pero si tiene la suerte de pertenecer al tallaje diábolo, entonces sí, el traje te sentará bien. Si ahora con estas medidas se va a pedir a las casas de confección que unifiquen las medidas según esos tres tipos de mujer, será mejor para todas. La dependienta te preguntará: ¿diábolo, campana? Y no debemos avergonzarnos de pertenecer a un modelo u otro. ¿Que no te sientan bien? Pruebas con otro patrón hasta que encuentres el tuyo.

Lo importante no es obsesionarse ni con los patrones ni con las tallas sino estar a gusto consigo misma. Piensa que si tu hombre te quiere, le importa un pepino que seas cilindro o campana, lo importante es lucir los michelines con gracia y sin complejos. ¿Os habéis preguntado si a los hombres les importa lucir su barriga cervecera por la playa?, ¿o esas canillas que lucen algunos? Pues a nosotras tampoco. Las mujeres debemos preocuparnos por ser felices, hacer felices a los demás y querernos un poco más. La valía de una mujer no está en la talla. No quiero decir con esto que desde hoy os abandonéis y os pongáis a engordar como toneles, no, hay que cuidarse y procurar estar bien pero por salud y para gustarse a una misma y, de paso, a los demás. Pero sin pasarnos. Y cuando al entrar en la tienda te pregunten tu tipo de talla, responder con la cabeza alta, sin complejos. Faltaría más.