WEw l fichaje de María San Gil para la fundación FAES por parte de José María Aznar se conoció el martes, apenas 48 horas después de que Mariano Rajoy anunciara la designación de Jaime Mayor Oreja para encabezar de nuevo la candidatura del PP a las elecciones europeas de junio. Se ha especulado sobre la posibilidad de que la decisión de Aznar sea una respuesta a la de Rajoy. Es posible que, al menos, el momento de soltar la noticia forme parte del estrecho e incómodo marcaje al que el expresidente del Gobierno somete a su sucesor en la presidencia del PP. Mayor Oreja, que ya fue el primero de la lista europea del PP en las elecciones del 2004, mantiene su estatus dentro del equilibrio de poderes en el PP, pese a ser un significado miembro del ala dura del partido y, por tanto, escasamente partidario del giro hacia la moderación ensayado por Rajoy en esta legislatura. Su designación obedece al deseo de Rajoy de no abrir una nueva polémica interna, que seguro habría aflorado si se hubiera decantado por Alberto Ruiz-Gallardón para el puesto. Pero, además, el perfil de Mayor puede servir para evitar la fuga de votos al UPyD, el partido de Rosa Díez, que tiene un exacerbado discurso contra los nacionalismos periféricos. Por otra parte, un mal resultado de Mayor en junio no reabriría las hostilidades del sector duro contra Rajoy, quien se juega mucho en esa cita. Por lo demás, con la maniobra de atraerse a San Gil, muy querida por las bases del PP, Aznar acentúa el carácter de contrapeso que FAES tiene sobre la dirección de Génova. No en vano el nuevo fichaje estrella de la fundación del PP protagonizó la pasada primavera un sonado desencuentro con Rajoy.