El presidente del Gobierno, José María Aznar, propuso ayer en el Consejo de Seguridad la creación de una "lista general" de organizaciones terroristas que deben ser combatidas en todo el mundo. Una única relación debería sustituir a las que elaboran hasta ahora EEUU o la Unión Europea. Sería una buena noticia esta muestra de confianza en los mecanismos de las Naciones Unidas si no se produjese en la víspera de su encuentro con Bush, con los resultados previsibles de apoyo e implicación del Gobierno español en la ocupación de Irak. En esta entrevista, Aznar pedirá que EEUU incluya a Batasuna entre los grupos fuera de la ley. Una petición que podría equiparar a cada militante de Batasuna con uno de Al Qaeda, lo que tendría consecuencias imprevisibles.

Llevar la lucha contraterrorista al ámbito internacional es imprescindible para cerrar vías de apoyo a una ETA cada vez más acosada, y también lo es para combatir a las ubicuas redes del integrismo islámico. "El terrorismo es uno, a pesar de sus mil caras", proclamó ayer Aznar. Ciertamente, la violencia ilegítima y ciega es condenable siempre, sin posibilidad de excusas o matizaciones. Pero las realidades del terror son muchas y las vías para combatirla también.