El proyecto para construir casi 3.000 casas en Badajoz acogidas al Plan de Vivienda de la Junta de Extremadura --actuación que inaugura dicho plan, que fue uno de los considerados estrella en la última campaña electoral autonómica-- ha recibido una fuerte crítica por parte de los técnicos del ayuntamiento, los cuales esgrimen argumentos que no parecen insensatos: el que esa actuación se pretenda hacer en terrenos que el PGOU ya tenía reservado, y con el visto bueno de la propia Junta, para la ronda sur de la Autovía; o que la Ley denominada de campos de golf , también elaborada por la Junta, prevea una densidad edificatoria para la zona que es la mitad de la que tendrá cuando se concluyan las casas, son razones de peso que se deberían tener en cuenta, independientemente de otras, también lógicas, como que el proyecto presentado significa crear a varios kilómetros del casco urbano un núcleo de población que pasaría a ser uno de los barrios más poblados de la capital pacense --esa zona podría tener tantos vecinos como Olivenza--, con la consiguiente dispersión y el gasto en dotarlo de los servicios necesarios.

Estamos ante una iniciativa lo suficientemente importante --la ilusión y la necesidad de miles de personas por adquirir una vivienda a 60.000 euros lo es-- como para que la Junta haga todos los esfuerzos necesarios para que el plan se lleve a cabo sin contratiempos que demoren que los compradores accedan a su vivienda.

Por lo que se sabe hasta ahora, la Junta no ha dado opción al ayuntamiento para que opine sobre ese proyecto y la mejor forma de llevarlo a efecto. Desde el ayuntamiento se ha interpretado que el Gobierno autónomo ha entrado como elefante en cacharrería sin tener en cuenta las normas de Urbanismo de la ciudad. No es la mejor forma de acometer un plan que tantas esperanzas suscita, porque el consistorio si, como se deduce del informe de los técnicos, entiende que ese proyecto conculca la legalidad, podría apelar a los tribunales y ya tendríamos la demora asegurada. Resultando: que perderían los de siempre: quienes tienen la necesidad de comprar viviendas baratas.

En un asunto como este sobran tanto las palabras gruesas como las ideas simplistas. Decir que la Junta practica "terrorismo urbanístico", tal como ha dicho la concejala de Urbanismo pacense, Cristina Herrera , o que la distancia de 5 kilómetros entre lo que será el nuevo barrio y el casco urbano es fácilmente salvable "porque todo el mundo tiene coche", como ha manifestado la consejera de Fomento, Leonor Martínez-Pereda , no crean el escenario adecuado para que las viviendas se hagan en las mejores condiciones.

La Junta todavía no se ha pronunciado sobre los reparos al proyecto del Ayuntamiento de Badajoz. Es posible que la consejera pueda hacerlo hoy mismo, al menos informalmente, aprovechando su comparecencia ante los medios informativos en los que va a dar cuenta de cómo se va a aplicar el plan. Hay tiempo y ocasiones para que las cosas se reconduzcan y las administraciones colaboren entre sí en lugar de pelearse.