Ante la reiterada insistencia de los nacionalistas catalanes, Zapatero se comprometió en el debate de investidura a hacer públicas las balanzas fiscales. Se trata de dar a conocer la diferencia entre lo que cada comunidad aporta a la caja común y lo que recibe de ella. El objetivo que se persigue con ello es el de evidenciar el desequilibrio que existe entre unas comunidades y otras, de forma que algunas de ellas se sientan legitimadas a la hora de reivindicar un tratamiento diferencial en base a que aportan más de lo que reciben, en este sentido el propio Zapatero anticipó que el sistema de financiación se realizará en una negociación común y no de forma bilateral entre el Estado y una comunidad concreta.

Conviene aclarar que el principio de equidad y de solidaridad está contemplado y garantizado en los artículos 31, 40 y 139 de nuestra Carta Magna. La publicación de las balanzas fiscales la han realizado con anterioridad algunas entidades financieras como el BBVA y por tanto son conocidas por todos, lo que se pretende es tensar la cuerda una vez más, poner sobre la mesa argumentos que sirvan para seguir practicando la política del victimismo y la insolidaridad, mantener encendida la llama reivindicativa al objeto de ordeñar al máximo las ubres del Estado en beneficio de determinados territorios.

Ignorando que tal publicación pudiera tener para ellos un efecto bumerán, ya que va a poner de manifiesto que en la actualidad unas regiones son más ricas que otras, ya sea porque sus habitantes tienen unas rentas más elevadas o como consecuencia de una mejor situación industrial o comercial, lo que evidenciará que lo que ahora procede es compensar tales diferencias, destinando mayores recursos a apoyar a las comunidades menos favorecidas.

XHAY QUEx partir del hecho de que quienes tributan no son los territorios sino las personas físicas o jurídicas, y sería absurdo que un ciudadano que contribuya con Hacienda en una mayor cuantía, pretenda que el superávit a su favor se reinvierta en su propio beneficio; el que más contribuye no tiene derecho a reclamar de Hacienda un trato preferente, ya que si paga mucho es porque también gana mucho; porque si algo tiene de justo este sistema es su disposición compensadora que sirve para redistribuir las riquezas.

Las balanzas fiscales tampoco están elaboradas con unos criterios estrictamente fiables, ya que las principales empresas de telecomunicaciones, financieras y eléctricas operan indistintamente en los diferentes territorios y sin embargo realizan sus declaraciones donde tienen su domicilio fiscal, lo mismo sucede con el IVA que se recauda donde se consume y se paga donde se produce.

La propia Unión Europea la ha practicado la solidaridad contribuyendo desinteresadamente al desarrollo de los países más necesitados. El Estado de bienestar puede mantenerse en España gracias a las aportaciones de todos, con ellas se financian los gastos sociales, los servicios públicos, el cobro de las pensiones y las inversiones en infraestructura. La redistribución ha de hacerse en función de las necesidades y de los proyectos, por tanto no se trata de algo acabado e inamovible sino que, en algunos aspectos, fluctúa de un ejercicio a otro en función de diferentes variables.

El criterio de que la redistribución se realice dependiendo de las aportaciones de cada cual, la defiende Cataluña, Andalucía pretende que el reparto se haga en función de la población, como si no existieran servicios que precisan de los mismos gastos, independientemente de que vayan destinados a atender a pocos que a muchos, antes al contrario depende de su distribución en el territorio, en concreto Extremadura tiene un elevado número de poblaciones rurales que han de disponer de algunos servicios que son tan costosos como los de las grandes poblaciones, a pesar de contar con un escaso número de habitantes.

El principio de solidaridad ha funcionado y ha dado coexistencia a este proyecto común que conocemos con el nombre de España. Para establecer un modelo de redistribución diferente, habría que retrotraerse muy atrás en el tiempo y allanar primero muchas desigualdades estructurales que se fueron generando injustamente en otras épocas, analizar y valorar muchas inversiones realizadas en determinados territorios, hechas a expensas de los recursos económicos y humanos de los demás, lo que nos llevaría a establecer una valoración complicada y difícil de la deuda histórica que algunas comunidades tiene contraídas con otras.

La asimetría retributiva de los funcionarios de las diferentes comunidades, está creando agravios comparativos, ya que significa sueldos diferentes para quienes realizan una misma función, lo que está planteando serios problemas administrativos, ya que lo que supone un beneficio para unos suele ir en detrimento de quienes se ven excluidos por el hecho de habitar en comunidades diferentes.

Qué sucedería si este principio de insolidaridad se hiciera extensible a otros ámbitos como el de los enfermos o jubilados que no aportan apenas nada y que sin embargo necesitan tanto de esta sociedad. Qué pasaría entre las localidades que más aportan respecto a las que menos lo hacen, dentro de una misma comunidad, o entre los barrios ricos y pobres de cualquier población.

Un país significa algo más que esa yuxtaposición de territorios que algunos pretenden definir como nación, se trata de un proyecto en común, de una comunidad de iguales, de gentes que comparten algo más que una bandera, un himno y unas instituciones.

*Profesor.