Se dice que "no sólo hay que ser bueno, sino parecerlo"; ni lo uno ni lo otro ha ocurrido este año con el programa baleoterapia de la Junta de Extremadura. Todas las primaveras estábamos pendientes de este programa porque los baños le sientan bien a mi madre, aquejada de artrosis, pero este año, curiosamente, la convocatoria se ha adelantado un par de meses y, cuando nos hemos informado, ya se había pasado el plazo. No sólo lo han abierto mucho antes, sino que, además, a Junta no ha presentado públicamente el programa, como era su costumbre. ¿Por qué estos cambios? ¿El objetivo era reducir el número de beneficiarios? Seguro que lo han conseguido. ¿Por qué no ha habido rueda de prensa?, por el mismo motivo, para evitar que los interesados conocieran el nuevo plazo y para no explicar las novedades. También hay otra razón: la política es propaganda y, si escarban un poquito en internet, comprobarán que en 2009 la Junta chuleó de sacar 800 plazas en balnearios, pero este año se redujeron hasta 454. Claro, con tamaño recorte (43,25%), cualquiera sale a ponerse medallas. La reducción de plazas podría estar justificada por la crisis, aunque no parece lo más lógico pegar este tijeretazo a un programa para mayores y dependientes como es éste. El problema es que las formas han desvelado cuál era el fondo. ¿Me explico, no? Por cierto, una funcionaria de la Junta amablemente me contó --ella no tiene culpa alguna-- que podía obtener balneario por el Imserso. ¡Balones fuera!

Joaquina Menéndez Pérez **

Badajoz