L a Junta de Extremadura hizo público ayer un comunicado en respuesta a la larga carta que los trabajadores de esta empresa elaboraron denunciando el boicot, las discriminaciones y las presiones económicas que El Periódico Extremadura está sufriendo por parte del Gobierno autonómico desde que se produjo un cambio en la dirección del diario. El comunicado de la Junta es sorprendente y errático y, como cabía esperar, no entra en el fondo de la cuestión, que no es otra que ésta: ¿Por qué la Junta redujo brutalmente la publicidad institucional en el diario, suprimió las suscripciones con centros oficiales, desatiende las peticiones de información y aconseja a empresarios e instituciones afines que no colaboren con el periódico desde el mismo instante --ni una semana de gracia-- en que un nuevo periodista asumió la dirección del rotativo? Sólo una vez, hace meses, la consejera Dolores Pallero aludió, para tratar de explicar esta surrealista situación, a unas supuestas malas relaciones personales entre el presidente de la Junta y el nuevo director, excusa que hiere la inteligencia de cualquier demócrata. Huelgan también comentarios sobre las alusiones de ayer de la Junta a lo que ella entiende por veracidad y si un perro muerde a un niño o un niño muerde a un perro. ¡Dios mío, qué nivel!

Grupo Zeta, empresa editora de El Periódico Extremadura, agradece a los trabajadores su valentía por el comunicado y quiere subrayar que está muy orgulloso de este diario, que en el último año ha sido el de mayor crecimiento en difusión en toda España. ¿Cuenta o no cuenta El Periódico Extremadura con el favor de decenas de miles de extremeños cada día? Grupo Zeta reitera su compromiso con Extremadura, y pese a las zancadillas de las que estamos siendo objeto, seguirá potenciando y consolidando un periódico independiente y progresista en esta gran región.