La selección española de balonmano jugó la semana pasada en Badajoz el torneo Memorial Domingo Bárcenas, en el que también participaron los equipos nacionales de Rumanía, Brasil y Suiza. La competición tenía además el aliciente de servir como preparación para el inmediato Campeonato de Europa, que tendrá lugar en Austria a partir del día 19. Los jugadores dedicaron también parte de su tiempo a actos solidarios, como la visita al centro de menores Marcelo Nessi, y superaron las dificultades del pabellón de La Granadilla, frío y, en alguna ocasión, con goteras causadas por la humedad condensada... Es decir, que la implicación de las selecciones, la calidad de los jugadores, la importancia del torneo por su carácter preparatorio eran circunstancias que invitaban a que la ocasión se convirtiera en una fiesta del balonmano, en la reivindicación de un deporte que, con muchas dificultades, se va abriendo paso en la región. Pues bien, a la vista de los resultados podría decirse que ha sido una ocasión perdida: la asistencia de público estuvo por debajo de la altura del acontecimiento y ahora se airean desencuentros entre algún club y la federación a cuenta de las entradas para el torneo que deberían haberse evitado.