WAw estas alturas hacen reir los que afirman que no se debe mezclar la política y el deporte porque, en la práctica, la política y el deporte están mezclados desde hace mucho y en todo el mundo. Nadie podrá argumentar con fundamento que en la pasada elección de la ciudad candidata a albergar los Juegos Olímpicos del 2012 no influyeron factores políticos.

Sin embargo, con ser cotidiana la relación entre la política y el deporte, sería conveniente que ambos campos estuvieran, cuantas veces más mejor, separados. La última ocasión que los ciudadanos pueden observar cómo se mezcla política y deporte es por la decisión de la directiva del Barcelona de apoyar un nuevo Estatuto para Cataluña.

Hoy, que se celebra la Diada, el césped del Camp Nou se adornará con una pancarta en la que se pide que Cataluña debe tener un nuevo Estatuto de Autonomía. ¿Era necesario que lo hiciera una entidad deportiva de la que son aficionados gentes de toda condición política y, sobre todo, visto desde Extremadura, de todas las latitudes de España? ¿Se sentirán los ´culés´ extremeños identificados con el club de sus amores, o se sentirán excluidos por esa iniciativa de la directiva? Más bien esto último. El Bar§a es más que un club, pero con ideas así va a parecer ´otra cosa que un club´.