Estoy leyendo estos días en los periódicos y escuchando en los medios de comunicación audiovisuales que el gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, y el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, están muy interesados en abaratar los despidos de los trabajadores, y en congelarles el sueldo. Estoy totalmente de acuerdo con ellos y entiendo que tan solo se les olvidó decir que esta propuesta era para las personas con ingresos anules totales, por ejemplo, de más de 100.000 euros. Estoy seguro también de que ellos dos serán los primeros en congelarse el sueldo de este año y devolver lo que le hayan aumentado. También comunicarán a sus respectivos superiores que, en caso de despido, solo aceptarán una pequeña indemnización. Por último, espero también que cuando sean destituidos de sus puestos, o se vayan libremente, no lo hagan para aprovechar algún hueco en otro organismo o empresa donde ganen el doble. Ya saben que esto sería muy malo para el progreso del país y de Europa. A los señores Fernández y Trichet se les ve mucho el plumero. Espero que la gente con un sueldo indecente como el mío --y no por alto, sino por bajo-- tenga memoria y se dé cuenta de que los únicos que va a ayudar a los mileuristas en una España más justa socialmente es la izquierda.

Juan M. Pérez **

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