El destape masivo del sumario Gürtel revela "sin ningún género de dudas" --expresión utilizada en las declaraciones policiales ante el juez-- que las alusiones a "L.B." y a "Luís el cabrón", recogidas en las cuentas secretas de Francisco Correa , el cerebro de la trama, se correspondían a Luis Bárcenas , tesorero nacional del PP cuando ocurrieron los hechos recogidos en el voluminoso sumario que se está tramitando en el TSJM (Tribunal Superior de Justicia de Madrid).

El sumario nos informa, además, de que Bárcenas fue la llave de paso de la trama para conectar a los sinvergüenzas de fuera con los sinvergüenzas del partido. Correa hacía de conseguidor y Bárcenas le proporcionaba negocios en entornos institucionales gobernados por el PP. Una labor retribuida por el jefe de los mangantes, Francisco Correa, con los 1,3 millones de euros que fueron a parar al bolsillo particular del tesorero, según se desprende de la contabilidad B de Gürtel y de la relación fáctica elaborada por el juez Pedreira .

A partir de ahí el árbol creció en administraciones autonómicas y municipales de Madrid, Castilla y León, Galicia y Valencia. El tronco fue Madrid, donde Correa cultivaba una rentable cercanía a ciertos dirigentes del PP, empezando por José María Aznar , que le invitó a la boda de su hija en El Escorial (año 2002). Pero la propia naturaleza de las actividades de la trama convirtieron a Luis Bárcenas, el discreto gerente del PP (tesorero desde finales de 2008 y veinte años consecutivos de control sobre las cuentas del partido), en la verdadera caja negra de uno de los mayores escándalos de corrupción política en España.

Pues bien, a este Luis Bárcenas es al que arropa Mariano Rajoy . Al menos hasta la hora de escribir mi comentario, el líder nacional del PP no ha mostrado la menor intención de retirar su confianza en el extesorero del partido. Bárcenas sigue siendo militante, mantiene su escaño de senador y su despacho en la sede de la calle Génova. Por si fuera poco, el partido se hace cargo de los gastos de su defensa letrada, a la espera de que el Tribunal Supremo reclame de la Cámara Alta el correspondiente suplicatorio para poder procesarle.

Si Mariano Rajoy sigue siendo benevolente con este personaje, no puede extrañarse del aprovechamiento político que hacen sus adversarios. Véase la declaración pública del portavoz parlamentario del PSOE, José Antonio Alonso , cuando dice que Rajoy está "paralizado" porque Bárcenas "sabe cosas que afectan gravemente al PP". Otros dicen que incluso le afectan a él, a Rajoy, y eso es algo que el líder del PP no tiene la necesidad de aguantar porque es persona decente. Sin embargo, su silencio contribuye a alimentar este tipo de insidias, amén de generar el desconcierto en sus propias filas, donde se echa de menos una condena inequívoca del líder del partido contra los sinvergüenzas propios y ajenos.