WEwl barómetro de octubre del CIS sobre intención de voto de los españoles refleja bien el desgaste de un Gobierno socialista que mantiene muchos frentes abiertos. El Partido Socialista volvería a ganar las elecciones, con el 39,7% de los votos, aunque cae cuatro puntos respecto del 14-M. Pero el Partido Popular se beneficia poco de ello, pues, con el 37,7% de los sufragios, no sólo no sube desde los últimos comicios, sino que pierde una décima. Es un dato revelador, porque el sondeo se hizo antes de la presentación del Estatuto de Cataluña en el Congreso de los Diputados, cuando arreciaban las diatribas del PP sobre el peligro que dicho estatuto tendría para la estabilidad institucional de España. Sin embargo, el electorado concede poco crédito a tanta alarma porque los españoles manifiestan que sus preocupaciones principales son el paro, inseguridad, sanidad, vivienda, economía, inmigración y educación.

El Gobierno debería hacer caso de ese mensaje de realismo. También el PP debería darse por advertido de ese estado de ánimo que revela que la bronca por la bronca no le fortalece. Y para que no queden dudas, los ciudadanos suspenden a Zapatero por primera vez desde el 14-M, pero también otorgan a Rajoy la peor de sus notas.