En medio del delirio de EEUU de ordenar Oriente Próximo, Powell amenaza con "represalias diplomáticas y económicas" a Siria, país amigo del Irak de Sadam y, al mismo tiempo, el más odiado por Israel en la zona, sobre todo porque da cobijo a los grupos palestinos más radicales.

Si el hermano mayor de Bashar el Asad (Damasco, 11-9-1965) no hubiera muerto en un accidente de tráfico en 1994 y si su tío paterno Rifat no hubiese conspirado, Hafez el Asad, padre de Bashar, no le habría preparado para sucederle tras su muerte en junio del 2000. Y Bashar el Asad, médico oftalmólogo de profesión, no tendría ahora sobre sí el peso de gobernar un país, algo para lo que no fue educado. En tan sólo un lustro, hubo de cursar la carrera castrense (el régimen heredado es una dictadura militar) y coger las riendas del Baaz, partido único de corte socializante y panarabista.

Casado con una suní de origen británico, dominador del inglés y con maneras occidentales (es fan de Phil Collins), Asad fue recibido en diciembre en Londres por Blair, que hizo oídos sordos a los ultras que le acusaban de "tomar el té con un terrorista". También es buena su relación con España (en mayo del 2001 cenó con los Reyes en Madrid), de ahí que Bush haya encargado a Aznar que le presione para que no acoja a iraquís "indeseables". Es evidente que Asad no es Sadam.