TVtILLANCICOS ANTIGUOS. En la Extremadura de hace cuarenta años, y de ahí para atrás, las familias que vivían en el campo, algunos en casas y otros en chozos de fábrica o de escobas y paja, se reunían en Nochebuena, Nochevieja y Reyes para comer un poco mejor de lo habitual, tres noches al año no hace daño, y cantar villancicos. Por mis abuelos conocí éstos que reproduzco y que cantaban los amos o los pastores. Hagan un ejercicio en averiguar quiénes cantaban cada uno de ellos: Yo no quiero canturréoh ni cena de nochegüena, quiero que paran lag cabrah cuandu allegue primavera./ Esta noche´s nolchegüena y no´s noche de dormí. ¡Me s´hán perdío lag ovejah y andan a palos trag mí./ En llegando nochegüena quiero matá mi cochino, y trasegá la tenaja que tiene mag dulc´ el vino./ La zimbomba ´sta mala pide tocino y yo digo Zimbomba mat´aun guarrino.

VILLANCICOS DE HOY. La vida en Extremadura hoy se centra más en las ciudades y, poco a poco, la tendencia marcada por el Gobierno extremeño de potenciar la calidad de vida en el medio rural, una vez logradas cotas aceptables, se va dirigiendo hacia la potenciación de las ciudades. Los villancicos tradicionales se han ido olvidando y ahora, a lo más que llegamos es a configurar letrillas para el carnaval, mucho más de moda, sobre todo en Badajoz y Mérida, por centrarse en estas dos ciudades los poderes públicos. El último pleno de la Asamblea con la comparecencia del consejero Manuel Amigo, por las expresiones de los señores diputados, darían repertorio a varias coplas de carnaval ante el belén que se montó. Sus señorías podrían haber entonado esta letrilla con música de los peces en el río: Esta noche´s nochegüena y n´os noche de dormí. Que m´hán pintau lag cancillas y andan a palos trag mí.

*Periodista