Antonio Jiménez (RNE) avisó de que por primera vez en muchas semanas se apartaban del monotema de Irak para hablar del asesinato de Zoran Djindjic. Lo confirmó Pilar Cernuda: "Si no fuera porque tenemos toda la atención en el tema de la guerra, el hecho habría conmocionado mucho más. Significa que no se han arreglado los problemas pese a la última separación. Hay mafias poderosísimas con gente procedente de gobiernos anteriores, paramilitares, y organizaciones criminales francesas e italianas. No obstante, creo que no habrá involución". Siguió Manuel Soriano: "Las transiciones son complicadas cuando se procede de antiguos regímenes totalitarios como los antiguos comunistas, cuyos dirigentes se han quedado incrustados con mucho poder".

Hizo un giro de alerta Antonio Pérez Henares: "Lo que preocupa es la llegada de esas mafias. Hay 72 grupos internacionales instalados en España, muchos del Este, con entrenamiento militar y muy violentos. Cuando se relaciona inmigración y delincuencia, el problema no son los delitos menudos, sino el de estas mafias". Carlos Dávila volvió a la doctrina: "En el asesinato flota la sombra de Milosevic. Hay que ver cómo los dictadores todavía subsisten, y lo de Belgrado lo veo parangonable con lo de Irak".

Su conclusión: "Todos los países del telón de acero están ahora apoyando la legalidad internacional que significa acabar con Sadam". Matan al primer ministro serbio, acusan al expresidente del país y todo ello confirma que hay que bombardear Bagdad. De pizarrín.