El patrón de la Fórmula 1, Bernnie Ecclestone , se superó a sí mismo al manifestar que la muerte de Ayrton Senna mereció la pena. "Fue buena para la Fórmula 1 porque dio mucha publicidad". Si alguien buscaba un ejemplo de como algunos creen que el fin justifica los medios, no hace falta que vayan a buscar a Hitler o de Stalin; hay ejemplos contemporáneos: Ecclestone, sin ir más lejos.