A la luz de la muerte de Fidel Castro, me acordé de un profesor marxista que estaba a favor de un sistema de bienes comunitarios para el Estado español y que no entregaba su casa al partido porqué se enriquece el partido. Muchos comunistas españoles tienen propiedad privada, algunos se aprovechan de la propiedad de su madre y otros como Espinar especulan con ella. Si un partido no vive la utopía que proclama, esa utopía es irrealizable o es falsa.

El pueblo cubano bajo una burbuja de bienes comunitarios con una serie de garantías del sistema y muriéndose de hambre, mientras que Fidel gozaba de su propiedad privada y de su propia empresa quesera para uso privado.

En él se cumplió la frase atribuida a Lenin cuando instauró el Comunismo: «Todo para mí».

Espero que quedemos liberados de Podemos que quiere emular dicho régimen neomarxista.