¿Quién no recuerda la famosa película de Berlanga , Bienvenido Míster Marshall . En ella vivimos las esperanzas del imaginario y olvidado pueblo español Villar del Río, ante la inminente llegada de los americanos. Creían que ellos, con su Plan Marshall iban a cambiar el pueblo, traerían riqueza y felicidad. Hicieron las cuentas de la lechera. El final, ya lo sabemos. Los norteamericanos pasaron raudos sin parar siquiera.

Todos somos ahora los habitantes de ese pueblo español, después de más de cincuenta años. El mundo entero tiene puestas sus esperanzas en Obama . Demasiado peso y demasiada responsabilidad a sus espaldas. El no tiene una varita mágica para cumplir los sueños de todos. Por muy buena voluntad que tenga, la realidad es la que es.

El martes, los diferentes países del mundo siguieron la ceremonia de toma de posesión del primer presidente negro de los Estados Unidos con una serie de ceremonias oficiales a lo grande, como el país que preside. Con un discurso esperanzador y convincente, que con su imponente voz suena aún mejor, ha sumido a la multitud en un éxtasis colectivo, de tal manera que, si ahora él se lo pidiera, estarían dispuestos a realizar cualquier sacrificio por su dios , al que todos quieren adorar, tanto hispanos como negros y blancos. Para los afroamericanos, la presencia del primer presidente negro en la Casa Blanca marcará un hito en la historia.

El país creador de grandes mitos como Superman y Spiderman, ha creado un ídolo de carne y hueso, que espera que devuelva a su pueblo la grandeza, prestigio y prosperidad perdida. Aunque tiene enfrente los poderes fácticos que le mantendrán a raya si osa salirse de ciertos límites o si las medidas que tome atentan contra sus intereses.

Ojalá consiga un vuelco de tendencias, tenga éxito y devuelva la paz allí donde sus antecesores la destruyeron. Porque si no, a los norteamericanos se les va a quedar la misma cara de bobos como la de los habitantes de la película de Berlanga.

¿Qué ocurrirá si, por desgracia para el orbe (que ojalá no) ocurre como en el final de la película de Berlanga?