TLtos resultados que el presidente Zapatero consiguió en Bruselas hace unas semanas, en las negociaciones del marco comunitario de apoyo para el periodo 2007-2013, son fundamentales para las políticas de las zonas rurales, verdaderas articuladoras de estos territorios. Y tal importancia se basa en la consolidación de un modelo de desarrollo que en los últimos años ha potenciado y ha permitido el crecimiento de actividades --económicas, culturales y sociales--, las cuales no hubieran prosperado sin el estímulo de los fondos estructurales.

Los 16.181 millones de euros de saldo que España recibirá son, sin lugar a dudas, unos excelentes resultados, pese a las críticas que se escuchan procedentes de un mismo frente, y que además tiene por costumbre quedarse en soledad ante cuestiones tan importantes para la política y el desarrollo de nuestro país. Extremadura sigue siendo objetivo 1, y eso debe servir para que en este nuevo periodo consolidemos nuestro potencial económico, ahora más que nunca, como la última de las oportunidades que Europa nos brinda para superar el ratio del 75 por 100 de la renta europea y con ello, posicionarnos como lo que somos, una gran región.

El primer paso lo ha dado el Gobierno nacional y tras él, son las comunidades autónomas las que tienen que pelear por la parte de fondos que les corresponden, así como por la implantación de las políticas de desarrollo rural que han de articular los territorios en estos años y que serán financiadas por el recién creado FEADER. Aquí es donde tenemos que apostar fuerte y donde tenemos que consolidar el modelo extremeño, cuya efectividad está demostrada, pero que necesita de los recursos necesarios para darle continuidad, no sólo los que nos ofrecen la bondad de los europeos, sino también los procedentes de las arcas regionales, que han de ser generosas para con estos territorios.

*Técnico en Desarrollo Rural