WEwl ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, precisó ayer en el Congreso la acusación de que el Gobierno de José María Aznar apoyó el golpe de Estado de hace dos años en Venezuela. Según recordó el ministro, mientras la OEA reclamaba la restitución de Hugo Chávez en el cargo, el Gobierno de Aznar enviaba a su embajador ante las fugaces autoridades provisionales para facilitar el exilio del coronel, mientras la presidencia española de la UE emitía una nota en la que manifestaba su confianza en los responsables del alzamiento cívico-militar. Es razonable calificar de "apoyo" esta actitud, aunque estuviese motivada sólo por un "error de apreciación", como concedió ayer el ministro, quien, sin embargo, se ratificó en que la actuación del Gobierno de Aznar "legitimó" el golpe. Moratinos hizo bien en disculparse por su error formal porque no debió desenterrar el tema en televisión, sin la precisión exigible.

El PP no acepta las excusas y renuncia al consenso en política exterior porque no considera a Moratinos un "interlocutor válido". Los populares, propensos ya a la bronca permanente, parecen aferrarse a la excusa que se les ha brindado para romper un diálogo que no frecuentan.