Estamos en pleno verano y una gran parte de la población se dedica a ponerse morena. El bronceado indica salud, deporte, bienestar,tiempo libre... pero tiene peligros. Uno de ellos es el melanoma que se origina en las células que dan color a la piel: los melanocitos. Aunque no es el cáncer de piel más frecuente es, sin duda, el más agresivo y causa de importante número de muertes. Esto se debe sobre todo a su gran tendencia a extenderse, dando metástasis por todo el cuerpo. Por cada 100.000 habitantes en España, hay seis a siete casos anuales, sin que exista ninguna predilección por un sexo. La edad en que se presenta con mayor frecuencia es de los 50 a los 60 años. Antes se daba especial importancia a la localización de la lesión, considerando que el peligro de diseminación era mayor o menor. Ahora se sabe que la evolución del tumor primitivo es completamente independiente de en qué parte del cuerpo aparece. En las mujeres, se localizan con más frecuencia en las piernas, los muslos, la cara...; en los hombres es más frecuente en el tronco y los brazos.

Está probado que existe una relación entre la exposición solar intensa y la aparición de un melanoma. Esta exposición es sobre todo peligrosa cuando es intermitente, es decir que en personas con una exposición solar continua, el tumor es más raro que en aquellas que de forma intermitente e intensa se exponen a la irradiación solar. Por este motivo es importante alertar a la población sobre los efectos de querer un aspecto exageradamente saludable con un bronceado de forma intensa y rápida, aprovechando los días de descanso. También hay que tener en cuenta que existe una especie de memoria para la aparición del melanoma, es decir que es mayor el número de melanomas entre la población que en la infancia ha sufrido quemaduras solares, aunque de adulto haya tomado medidas de protección adecuadas. Se supone que los daños genéticos producidos en los melanocitos por la exagerada exposición solar en la infancia se mantienen latentes durante años al cabo de los cuales, por un nuevo estímulo cancerígeno o por influjos genéticos, aparece el melanoma en la edad adulta.

XES ACONSEJABLEx hacer caso a las campañas que piden a la población que tome medidas de protección cuando vaya a exponerse al sol. Pero, a pesar de la tranquilidad que generalmente da a muchas personas el uso de cremas de protección solar, hay que tener en cuenta que para evitar el daño lo más seguro es la protección física, es decir, el uso de gorras, camisetas, etc, que impidan la irradiación a la parte de piel que necesita estar especialmente protegida.Además, hay que tener en cuenta que si se usan cremas, deben tener una capacidad de filtro solar superior a 15 para proteger eficazmente.

Es importante estar atentos a los cambios en nuestros lunares, que debemos conocer para intentar que se diagnostique precozmente un melanoma. El doctor José Luis González Larriba describe los signos de alarma que indican una posible transformación maligna en alguna mancha, lunar o de otro tipo que tengamos en la piel, y da una regla para la memoria: A,B,C y D. Cuando se observa que en una lesión cutánea hay asimetrías, bordes irregulares y cambios en la coloración o en el diámetro, es aconsejable acudir al médico para que, con los procedimientos que actualmente existen, descarte o diagnostique la presencia de unmelanoma.

XSI EL MELANOMAx se diagnostica a tiempo, hay que hacer una escisión amplia del mismo, con unos márgenes que varían según el espesor de la lesión entre 1 y 3 centímetros, en superficie o profundidad. El factor más importante que nos da la pista de cómo va a evolucionar es el nivel de penetración y, como es lógico, a mayor profundidad, peor pronóstico. Uno de los datos más importantes para la evolución del melanoma es la presencia o no de ganglios linfáticos afectados. El primer ganglio de drenaje de la zona donde estaba localizado el melanoma se identifica mediante la introducción de un contraste radioactivo, y se denomina ganglio centinela. En los melanomas con espesor entre 1 y 4 milímetros, si no está afectado dicho ganglio, indica que no es preciso un tratamiento complementario con medicamentos anticancerígenos o una resección más amplia. La probabilidad de encontrar un ganglio afectado cuando la profundidad es menor de 4 milímetros no sobrepasa el 5%. Cuando la penetración delmelanoma sobrepasa los 4 milímetros es siempre necesario realizar un tratamiento con interferón a altas dosis, sin ser precisa la demostración de la afectación ganglionar.

A pesar de su tendencia a la diseminación, que tiene mal pronóstico, los avances de los últimos años permiten estar esperanzados. Lo más importante es que el tumor se conozca en una fase inicial, antes de que haya empezado a diseminarse. Las campañas de educación sanitaria colectiva permiten acudir al médico en la etapa inicial: en estos casos se realiza un tratamiento quirúrgico o complementario con buenos resultados.