La decisión del Banco Santander de reponer a sus clientes el 100% de la inversión afectada por el fraude de Bernard Madoff debe ser interpretada como un gesto --sin precedentes en el mundo-- de la entidad presidida por Emilio Botín en favor de la confianza en el sistema financiero. En un momento en el que algunos gigantes de la banca atraviesan grandes dificultades y cuando escándalos como el protagonizado por el estafador norteamericano han hecho que se tambaleara la credibilidad en el conjunto del sistema, la medida adoptada por el Santander es un paso al frente a favor de la tranquilidad de los mercados. El banco español reconoce con esta valiente decisión que sus clientes se dejaron atrapar por la oferta de Madoff por la confianza que depositaron en el Santander, que actuó como mediador, aunque no tiene responsabilidad en el fraude, por lo que jurídicamente no está obligado a esa reposición.

El Santander, que ayer anunció beneficios de 8.876 millones en el 2008 (2% menos que en el ejercicio anterior), ha provisionado en sus cuentas del año pasado 500 millones derivados del caso Madoff. El banco reintegrará a sus clientes las cantidades invertidas en Madoff en acciones preferentes, que serán emitidas por valor de 1.380 millones. El Banco de Botín profundiza así en su estrategia de no recurrir a fondos públicos para sanear su balance, lo que da idea de que la solidez de la gran banca española.