Presidentede la CHT

Los ríos y costas españolas están de enhorabuena. Después de un largo y complicado proceso de negociación, el Consejo Nacional del Agua informó favorablemente el pasado mes de noviembre la trasposición de la Directiva Marco de Aguas a la legislación española, cumpliendo el plazo fijado por la propia directiva para su adaptación a las legislaciones nacionales, en diciembre de 2003. Estamos, sin duda, ante una buena noticia para todos, aunque algunos se hayan empeñado en dar una imagen retorcida y distorsionada de una norma, cuyo objetivo final es la mejora de la calidad de las aguas, tanto continentales como de transición y costeras.

Para conseguirlo, la Unión Europea propone la gestión integral de las masas de agua, un sistema que España adoptó hace 78 años con el nacimiento por Real Decreto de 5 de marzo de 1926 de las Confederaciones Hidrográficas, entonces Confederaciones Sindicales Hidrográficas, creadas para gestionar, planificar y controlar en un mismo organismo las aguas de nuestros ríos bajo el principio de unidad de cuenca. En este sentido, la Directiva Marco da un paso adelante incluyendo también las aguas de transición y costeras en un ámbito espacial denominado demarcación hidrográfica, sin que ello suponga la desaparición de las confederaciones, como se ha dicho y escrito de manera irresponsable.

El fin que se persigue no es ése. Se trata de avanzar hacia un modelo que permita dar una respuesta adecuada a las nuevas demandas de la sociedad en materia medioambiental, especialmente en lo relativo a la calidad del agua, prioridad absoluta para la confederación que presido y que abarca a una cuenca con un elevado peso territorial y de población, extendiéndose por cinco comunidades autónomas que totalizan 11 provincias y satisfaciendo las necesidades de más de seis millones y medio de habitantes en el territorio español de la cuenca y otros dos millones a través del acueducto Tajo-Segura. Para cumplir con los objetivos de calidad, la Directiva Marco exige un riguroso seguimiento mediante redes de control diseñadas al efecto y establece igualmente plazos para alcanzarlos. En la Confederación Hidrográfica del Tajo ya contamos con modernas redes de control como son la red SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica) y la red SAICA (Sistema Automático de Información de Calidad de las Aguas). Los objetivos de control llevan implícito la mejora continua de los procedimientos y procesos, por lo que la implantación de la Directiva no supone un salto sino más bien un cambio de tendencia justificado por las mayores exigencias que demanda la sociedad.

Su trasposición a nuestra legislación es una buena forma de comenzar el 2004 y un espaldarazo a nuestro modelo de gestión. Con ella, hemos dado un paso adelante firme e importante en materia medioambiental. Quedan aún por dar muchos más, que exigen el esfuerzo de todos: usuarios, ayuntamientos, comunidades y Administración central. Parece que estamos en el buen camino. No debemos olvidar que sin calidad de agua no hay calidad de vida . Feliz año 2004 para todos nuestros ríos.