Un pantalón viejo, un calzado cómodo, un paseo, el gran espectáculo de la montaña, los viejos olores, (a pan, hierba, flores, humo, río...) recuperados, sin pensar como el poeta aquello de: «Como un perfume que arrebata el viento, pasaron para mi las horas bellas». Porque una hora de vida, es vida... y lo otro, el ajetreo del trabajo, no lo es tanto. Ya lo sabían bien aquellos que hacían poner esta inscripción en los relojes antiguos: «Todas hieren. La última mata». La opción está en cada uno. El que tiene que pasarse todo el día fichando, por la mañana, al mediodía y la tarde, hará muy bien en quitarse el reloj de la muñeca. Porque un día sin horas fijas es un día feliz. Por eso, pienso que el gran secreto de unas vacaciones relajantes puede que esté en saber desprogramarse de una forma total, es decir, cambiar el paso de la rutina. De ahí que para juzgar a una persona no preguntéis en qué se ocupa, sino en que se desocupa. Además, existen múltiples opciones. Uno se lo puede montar de bañista, de excursionista, de lector de un libro, de ama de casa sin microondas urgente ni fogón sofocante, de distraído, de jardinero, urbanícola, reconvertido en este pueblerino que todos llevamos dentro, de ciclista y de tantas y tantas otras miles de cosas más. Se puede viajar al Caribe o al otro yo. Se puede (viajar) en casa y en la propia ciudad de cada uno. Nos tenemos que desarmar como un mecano. Conviene destornillar las infinitas tensiones acumuladas. En vacaciones, dos y dos no tienen porque ser cuatro. Sería un error. Mojarse los pies y refrescarse el espíritu. ¡Vaya tarea! Finalmente, indicaré a todo aquel que desee disfrutar de unas buenas vacaciones, que el secreto. Como dije anteriormente, estriba en saber elegir lo que debe olvidarse. Más si no se sabe elegir, llévense por cuenta que entonces no serán vacaciones, serán otra cosa, desgraciadamente bien distinta.

PIDEN Y NO DAN

Falsos prestamistas

Ana María Moreno Jiménez

Casas de Belvís

Se hacen llamar ‘préstamo rápido’ o ‘préstamos sin documentos’. Te buscan entre las personas que necesitan un crédito y dudan, preguntan y no acaban de encontrar una entidad sería que le ofrezca lo que piden. Entonces aparecen ellos con un caramelo de regalo que viene a ser una frase tipo «Si ingresa 85 euros en tal cuenta tendrá su préstamo en menos de 24 horas». Y pides información y todo parece tan legal que los crees y te engatusan y, una vez dentro, te piden más dinero con excusas como que el banco lo solicita, o que hay que hacer un seguro. Y muchas de esas transferencias no llegan y entonces te piden que las realices de nuevo a otras cuentas. Cuando quieres darte cuenta te has gastado más de 800 euros en ellos y quieres salir porque estas desesperado y no te queda dinero pero ellos te garantizan que estás al final del proceso y necesitas tanto ese préstamo que al principio era para algo simple y ahora ya para poder comer.

A ellos no les importa nada, son avariciosos, listos y tienen redes en muchos sitios. Aún cuando les suplicas que necesitas ese dinero que estamos pasando un bache tremendo que no tenemos ni para pagar la casa de alquiler, ellos siguen pidiéndote mas y mas, siempre con la misma frase “el último pago». Por mas que les imploras, les ruegas y les suplicas, no ya por ti sino por tus hijos, ellos continúan sacándose pagos de la manga y no dan nada. Ahora sé que en ese mundo de prestamistas no hay caramelos, que no te puedes fiar de quienes te piden dinero antes de abonarte el préstamo y que he caído en una de las peores redes de pirañas de Internet.

Ojalá con esta carta haga retroceder a personas que como yo buscaban un préstamo. Ojalá logre salvar a alguien que estaba como yo.