Hace aproximadamente un mes y medio, el consejero de Economía de la Junta de Extremadura, José Luis Navarro Ribera, en precampaña electoral, invitó a los empresarios cacereños a una reunión en el Instituto de Lenguas Modernas de Cáceres para que expusieran cuáles eran los problemas del comercio y las posibles soluciones a los mismos.

Interpelamos al señor consejero sobre el servicio que prestaban las entidades bancarias a los ciudadanos que pretendían abonar las tasas por precios públicos y otros ingresos, en la prestación del servicio de la ITV (Inspección Técnica de Vehículos), a través del impreso modelo 050 y que, hasta hace poco, facilitaban las propias entidades bancarias a los usuarios; pues bien, esta facilidad que teníamos los ciudadanos se ha visto empañada porque tal impreso 050 hay que recogerlo en Cáceres, en el edificio de Servicios Múltiples, lo que obliga a tener que desplazarse inexorablemente desde cualquier punto de la ciudad, o de la provincia, a recoger el ya repetido impreso 050 y llevarlo a cualquier entidad. Esta burocracia administrativa tiene varias lecturas: una es que a través de los medios telemáticos cualquier persona puede abonar estas tasas y, por tanto, no era necesario ni preceptivo el ya mencionado y repetido impreso 050, salvo que intereses espurios hayan adjudicado a una empresa de artes gráficas la edición de estos impresos, que consideramos innecesarios.

Pero los que hemos conocido otra administración, podíamos decir aquello de "que tiempos pasados fueron mejores", ya que es incomprensible que en pleno siglo XXI existan trabas burocráticas en una administración que se supone que está dotada de medios materiales y humanos mejor que hace cincuenta años, no siendo esta, ni ágil, ni eficaz.

El señor Navarro Ribera, siguiendo la estela de casi todos los políticos "tomó nota del asunto, para solucionarlo". Hasta el día de hoy, todo sigue igual.