A estas alturas el Partido Popular no puede negar que las manifestaciones que lleva organizando desde que perdió las elecciones generales no son más que contra el Gobierno. Un Gobierno establecido legalmente y elegido de forma democrática. Daba igual que fuera la aplicación del segundo grado a este asesino, los juicios por el terrible atentado del 11 M, el estatuto catalán y la rotura de España o cualquier otra cosa con la que poder llevar a cabo la pataleta, tomar las calles, apoderarse de la bandera o del himno para atacar al Gobierno y más concretamente a su presidente llamándole asesino sin pudor ninguno.

No bastándoles con tomar las calles profiriendo los insultos más desagradables, e impropios de cualquier demócrata utilizan el parlamento para comportarse como si estuvieran en un gallinero, demostrando una vez más la doble moral que les caracteriza, poniendo de vuelta y media a los adversarios para luego acudir a las iglesias a darse golpes de pecho. Está claro que al Partido Popular no le interesa la derrota de ETA y eso hay que decirlo alto y claro, y ahí están las hemerotecas donde puede comprobarse la trayectoria de este partido y la utilización que siempre ha hecho de esta banda criminal. Por desgracia, para este país es la única herramienta que esa oposición torticera ha utilizado y sigue utilizando y con tal de conseguir sus fines no les importa utilizar cualquier argumento, ya sea faltar descaradamente a la verdad, manipular o tergiversarla. Por fortuna, la derrota de ETA es una evidencia, aunque a ellos no les tenga cuenta, y para la consecución de la paz definitiva que tanto ansían la mayoría de los españoles de bien todas las actuaciones deben hacerse conforme a la legalidad, aplicando las leyes instauradas al respecto, haciendo cumplir íntegramente las penas, que no están excluidas con segundos y terceros grados avalados siempre con los jueces penitenciarios y eso es, lo que están haciendo quienes tienen en sus manos esa responsabilidad. Es cierto que cada uno es libre de expresar su opinión y manifestarse cuando lo estime oportuno, pero hay que ser honesto y decir la verdad, y la verdad es que el asesino en cuestión ya cumplió la pena por sus veinticinco crímenes según dictamen judicial, y que en estos momentos, cumplía condena de tres años por dos artículos publicados en un medio.

XY PARAx ser justos y sinceros con la ciudadanía el Partido Popular debe decir públicamente que este preso fue acercado a la península por los responsables del Partido Popular que gobernaban entonces nuestro país, y que también esos mismos le rebajaron la pena un año por haber escrito dos libros en tonos mucho más graves que estos dos artículos por los que ahora cumple condena y que fueron esos mismos dirigentes quienes no castigaran a dicho asesino cuando pidiera cava y langostinos en la cárcel para festejar el crimen cometido contra unos demócratas en el año 1998. Estas actuaciones diferencian a las personas que pertenecen a una ideología y a otra y mientras estos forman escándalos, nos faltan el respeto tratando de ganar unos cuantos votos, nosotros estamos orgullosos de haber respetado su política antiterrorista durante sus ocho años de gobierno, y de habernos mantenido callados mientras liberaban a un total de 308 presos, que dicho sea de paso, alguno de ellos aprovechó para matar a uno de los nuestros, y tampoco nos arrepentimos de haber estado callados mientras acercaban a otros tantos presos y por supuesto que estamos satisfechos de haber estado unidos pidiendo la paz con cada uno de los asesinados por la banda ETA hasta 73 durante su gobierno. Eso es lo que debe hacer cualquier demócrata que se precie ante un problema de tamaño calibre. En política es fundamental la coherencia y la honradez y el Partido Popular ya ha demostrado de sobra que carece de ambas cosas. Desgraciadamente, no solo le están dando cancha con este comportamiento a los terroristas, sino a esa extrema derecha que desde los inicios de la democracia ha estado refugiada dentro de ese partido político esperando una oportunidad como esta para enseñar sus dientes. Pero eso no debe amilanar a la izquierda, no debemos temer a quienes las ideas no las defienden con respeto, sino con rencor y odio ante la seguridad que los demás no tenemos derecho a ocupar unos puestos de los que siempre se han creído los dueños. El Gobierno por su parte debe seguir en la brecha, en pro de esa paz que cada vez está más cerca obviando a quienes tratan de poner trabas, mirando nada más cuanta renta saca.

*Concejala PSOE Ayuntamiento de Badajoz