TAtestas horas de la mañana--tarde, y mientras suscribo este artículo, todavía no se ha deshojado la margarita del sí o el no del PP a C's, imagino que a estas alturas del jueves todos los sabremos, o no. Si todo va como se prevé, el sí quiero será una realidad que el propio C's deberá digerir, pues soy de los que siguen pensando que esa proposición de prepacto marital con notario no es más que una excusa para disfrazar el deseo de unas terceras elecciones que por mucho que digan nadie desea, todos buscan. Imaginemos que además del sí, el PP también busque su prepacto, el de la estabilidad que le daría al menos un apoyo en determinados asuntos, y por lo tanto también ponga sus cláusulas en el precontrato matrimonial, otra vez a devolver pelotas a tejados obligando a no ser ya una abstención, digamos sería una coalición de un gobierno insuficiente que además de demorar la investidura, obligaría a seguir desmembrando margaritas, margaritas que a este paso debieran estar ya en peligro de extinción. Mientras el NO por el NO del PSOE siga impertérrito, incluso con síes, noes o quizases, nada es seguro y todo es posible, y no solo por la inminencia y necesidad de una hipotética investidura, la incertidumbre se prolongaría durante cuatro años, en cada sesión, en cada proposición de ley, no de ley, presupuestos, etcétera, en fin, una profesión ésta de político jardinero, limitados al abono y a la poda, que nos sale muy cara a los españoles de a pie. Muchas son las voces que empiezan a pedir la suspensión de sueldos a aquellos que fueron elegidos para gobernar y dirigir un país y que nos están demostrando su incapacidad para ello. En esta España de corazones, pasiones y odios, nuestros líderes siguen pensando que los españoles votamos en las elecciones para que gane un partido o una persona, incluso muchos electores lo piensan, demasiados. No, los españoles debiéramos votar a quién queramos nos deba y pueda gobernar, y mientras nuestros políticos sigan destruyendo margaritas, cada vez serán más los ciudadanos que cambien el voto de su corazón por el voto de su cabeza y de su bolsillo. En fin, se buscan margaritas para seguir manteniendo políticos jardineros en activo, prometemos sueldos elevados y posibilidad de ascenso, lo que no sabemos es cuándo.