TAthora que vienen días de regalos es conveniente analizar eso de que a caballo regalado no se le mira el diente . Pues una cosa es el refranero y otra lo que hace el personal. Porque la mayoría de los regalos se cambian, si es que no te regalan algo que tenían por casa y por lo tanto el papel en el que está envuelto no identifica el lugar donde lo compraron. De manera que tampoco es cierto que lo que importa es el detalle .

Y es que a veces el detalle que sugiere el regalo no admite dudas. Por ejemplo, te regalan una corbata y el detalle quiere decir que no se han roto la cabeza pensando en el regalo. Otras veces eres tú quien regala. Un ramo de flores, que tampoco hay que pensar mucho para dar con él y además a última hora. Algunos regalos son comunitarios, como la colonia, que te la regalan a ti pero la utiliza toda la familia. Muy jugosos son los de ida y vuelta, es decir, que apenas los has recibido ya les has encontrado destinatario: "Que bien me viene para regalárselo a Jaime ". No falta el regalo que nunca llega: "Es que no me ha dado tiempo de comprarlo. Pero como todos los santos tienen octava". Hay regalos que son graves advertencias y mejor hubiera sido que no te los hicieran. Un cronometrador de pasos. Eso sí que es una faena. Porque resulta que, bien porque son médicos, bien porque tu aspecto lo delata, se han percibido de que tienes la obligación de pasear varios kilómetros al día y no por tu gusto sino para aliviar tu cuerpo de azúcar, colesterol, grasas, etcétera. Además eligen el más complejo. Digital, mide los pasos, los kilómetros recorridos, el tiempo, la grasa que quemas y la que te resta por quemar. Solamente le falta señalarte el día de tu muerte.

*Profesor