Cabreado porque la incompetencia está llevando a Cataluña a un posible punto de no retorno. Porque el Gobierno central cree que hacer política es el yo mando y los demás obedecen. Porque el Govern cree que hacer política es engañar al personal. Porque ni unos ni otros miran los libros de historia. Si lo hicieran verían que las desgracias, en forma de enfrentamientos, las han traído la economía, las religiones y los nacionalismos. Cabreado porque todos manipulan al pueblo a su conveniencia, manipulan datos históricos, cifras económicas y sentimientos. Asustado porque no sabemos adónde nos llevará el enfrentamiento. Por la frustración que, de alguna manera, nos puede invadir. Porque tengo miedo. Cabreado y asustado porque es fácil excitar al personal y luego, ¿cómo se para a un caballo desbocado? Porque dudo que tanto los que pensamos de una forma como de otra seamos capaces de gritar a nuestros gobernantes que se paren de una vez, que se sienten, se encierren en una habitación y no salgan si no es con un acuerdo. Con todo, cabreado y asustado, espero que se imponga la cordura y que el 2-O -ya que antes no parece posible- se abra el diálogo. La esperanza es lo último que se pierde.