Veintiséis años después del hermanamiento de Cáceres con la ciudad gala de La Roche, la capital cacereña parece haber perdido el interés por estrechar lazos más allá de los Pirineos. Esta es al menos la sensación que se tiene en Francia tras la ausencia de representantes cacereños a los actos a los que han sido invitados y que hubieran supuesto un marco más donde acaparar apoyos de cara a la capitalidad europea.