Me hubiera gustado escribir que Cáceres es una ciudad que huele cada vez peor porque dos grandes fábricas despiden por sus colosales chimeneas un humo espeso, grisáceo y con olores químicos poco agradables. Eso querría decir que al menos el tufo tendría una justificación, que la industria estaría cobrando a la ciudad y a su entorno su precio por los miles de puestos de trabajo que ofrecería. Los complejos industriales no son amigos de la belleza ni de la limpieza de una ciudad, pero mantienen felices los bolsillos de los ciudadanos.

Y sin embargo tengo que escribir que Cáceres últimamente, y sobre todo en verano, atufa a orín añejo, desagradable efluvio que impregna el ambiente sin dar nada a cambio. Cuando pasas por alguna calle céntrica, raro es no percibir ese característico olorcito a humanidad inmunda procedente de alguna de las manchas residuales que los meones --y aquí no podemos decir meonas, aunque la RAE lo permita, porque los que desahogan son hombres-- han dejado en las aceras.

Me ha contado mi amigo el octogenario escritor don Eliseo García , que hace unos días tuvo un desagradable percance con una joven muchacha que bien podría haber sido su biznieta. "Querido Juanito, nunca había pasado tanta vergüenza. Estaba yo en una parada de autobús y me vino a esta nariz mía, superlativa como la de Góngora, un pestilente hedor a orín, procedente del suelo, por un lado; y un agradable perfume a rosa, jazmín y madreselva, procedente de una bella joven, por el otro. Me acerqué lentamente y con sigilo a la muchacha para impregnarme de su aroma, y quitarme de encima el desagradable tufo úrico. Pero fueron tantas mis ansias de cambiar un olor por otro, que me acerqué en exceso a su persona, de manera que ella entendió que mi deseo era abordarla para cobrarme alguna caricia disimulada. No tardé en recibir una bofetada al más puro estilo dama decimonónica. Y de paso varias acusaciones de viejo verde por parte de otras mujeres que también esperaban el autobús. Ya ves, Juanito, lo que les puede ocurrir a unos por culpa de otros que orinan donde les viene en gana".

*Pintor