La capital cacereña acoge un año más la gran cita multiétnica que llena de música y colorido una ciudad que se vanagloria de ser abanderada de la solidaridad interracial e intergeneracional. La décimotercera edición del Womad arrancó ayer algo gélida. Las adversas condiciones meteorológicas no invitaron a seguir las actuaciones, aunque se prevé que desde hoy y hasta el domingo cerca de 80.000 personas disfruten del certamen.

Después de serias discrepancias entre la organización del festival y el Consorcio del Gran Teatro, al final ambas partes han llegado a un acuerdo para que siga celebrándose en Cáceres bajo el sello Womad y durante cinco días. Entre las novedades, que sin duda colman las aspiraciones de las instituciones extremeñas y de sus artistas, destacan una mayor presencia de grupos de la región (el domingo está además dedicado íntegramente a ellos), la ampliación a otros locales de los conciertos y la aportación de empresarios privados, que han programado un Womad paralelo en sus locales a distintas horas del día. Si el tiempo no lo impide, el del 2004 debe ser el mejor de los festivales habidos hasta ahora, aunque se echen en falta artistas de mayor prestigio en una cita que ya es mayor de edad.