Con la presentación de los resultados del 2009, Caja Madrid, la cuarta entidad financiera española, cierra una etapa de 13 años en la que ha tenido al frente a Miguel Blesa, que la próxima semana será sustituido por Rodrigo Rato. El relevo pondrá fin a un periodo en el que la entidad ha sido objeto del deseo de sectores enfrentados en el seno del PP, partido que la controla a través del Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Blesa fue uno de los hombres del entorno de José María Aznar. Pero su solidez le ha permitido pilotar Caja Madrid con profesionalidad no exenta de docilidad política. En esta etapa, la entidad se ha expandido. Pero el crecimiento también ha tenido su riesgo, y Caja Madrid es hoy, por su alta dedicación al crédito inmobiliario, una de las entidades con mayor tasa de morosidad. Eso explica también que haya debido aumentar las provisiones y que en el 2009 ganase un 68% menos que el año anterior.

Blesa, que ha admitido que hubiera preferido seguir en el cargo, se va porque Esperanza Aguirre, le consideraba poco sumiso. La presidenta de Madrid quiso que le sucediera el vicepresidente regional, Ignacio González. Mariano Rajoy rechazó la tosca maniobra e impuso a Rato. El exdirector gerente del FMI tiene ante sí el reto de devolver a Caja Madrid a la senda de la normalidad.