A veces queremos y no podemos, otras podemos y no queremos, pero en educación no querer ni poder y parecerlo son cualidades que sólo posee la omnipresente Freapa. Bajo la excusa de dar todo el temario propuesto en el currículo extremeño solicita, atención porque esto es im-presionante , un día más de clase (como si en un día se pudiera terminar) pero por el contrario defiende las pruebas extraordinarias en junio, que sí impiden terminarlo. A eso se le llama querer y no querer. Además, advierte: "no consentiremos menos de 175 días lectivos". Por supuesto, la ley lo impide, aún así el repertorio de frases inolvidables no acaba: "el calendario no es negociable... Freapa propone un día más". Perdón, "para los sindicatos no es negociable", se ve que para ella sí lo es, a eso se le llama querer y no poder, tanto es así que hasta la consejera ha tenido que salir a los medios aclarando las atribuciones de cada uno, algo que nos ha sorprendido gratamente a muchos. ¿Sigo? "Proponemos que los resultados se den con posterioridad a las vacaciones", claro hombre, no vayamos a indigestarle el pavo a alguien o fastidiar las vacaciones de Semana Santa a Disneylandia (aunque haya algunos que parezcan vivir allí eternamente, me refiero a los alumnos). Ultima perla: "que los sindicatos hagan públicas sus propuestas", ya lo son, todos los años solemos solicitar públicamente lo mismo, los mismos, que no es más que ceñirnos a la legalidad y no aumentar días sin motivos en el ya apretado calendario y no pedimos en el 2004 180 días y ahora que el fracaso escolar es más acuciante 177 . Puestos a aclarar y ya que al parecer las Ampas federadas lo desconocen, aclaremos lo que otros enturbian:

XLOS DOCENTESx empezamos el 1 de septiembre y algunos terminan el 30 de junio, otros acaban el 15 de julio empezando el 15 de agosto, equipos directivos, y otros a finales de julio, aquellos que les toca examinar en oposiciones. Los días lectivos hacen referencia a los días que los alumnos reciben clases, lo que llamamos, docencia directa, el docente trabaja igualmente con un día lectivo más que con un día lectivo menos pero la organización del centro, de las clases, entrega de notas, actas y burocracia administrativa necesita de esos cada vez menos días al principio y al final del curso escolar y no por capricho del docente, porque el propio sistema así lo exige. Las docentes que dan a luz en julio han visto restado días de los que les corresponden por maternidad al estar ese mes de vacaciones y no serlo el de agosto, pero por el contrario a los que se les obliga a ir a tribunales de oposición en julio el criterio es el contrario, de dos meses, nada. Muchas de las vacaciones del docente dependen de los períodos no lectivos que se le concede al alumno, no a él, nadie se queja de los periodos no lectivos de los bomberos, de los trabajadores del Aepsa, etcétera, pero todos cargan sus tintas contra los docentes.

Si nos referimos al alumnado extremeño son aplicables las Matemáticas: 175 días que marca la ley por cinco horas lectivas (por escoger Primaria) son 875 horas de docencia directa y muchos de nuestros alumnos la superan con creces, aquellos que están en Proa reciben 8 horas más semanales, dependiendo del año natural se traduce, a ojo de buen cubero, en 24 semanas por 8 horas, 192 horas que divididos a su vez por cinco que tiene una jornada lectiva son 38 días lectivos más, lo que hace un total de 213 días lectivos al año. No sin cierta ironía contemos ahora los que se quedan en el centro al comedor, aulas matinales, tiempo perdido en transporte escolar, actividades formativas... ¿cuánto sale? No perdamos el rumbo y no queramos mandar a nuestros hijos a un campamento de verano perpetuo donde estén recogidos y no nos amarguen nuestras vacaciones con suspensos y problemas, (al menos que me dejen comer el pavo con tranquilidad).

Comprendo el problema social que supone la conciliación de la vida laboral y familiar porque además los docentes somos los primeros en conocerlo y en sufrirlo muchas veces en propias y otras en extrañas carnes, sin embargo es cierto que la FREAPA es lícita para exigir a quien corresponda (que no a la Consejería de Educación) medidas que se encaminen a solucionar esos problemas, pero no a costa de la educación de nuestros hijos o de las condiciones laborales de los docentes, no a costa de enfrentar a los miembros de la comunidad educativa dirigiendo las iras contra los que sólo cumplen con lo que se les obliga a todos (que cada día es más y sin incentivos de ningún tipo), no a costa de engañar a padres, madres y alumnos sobre el verdadero estado de la educación extremeña, no a costa de cerrar los ojos ante la evidencia, que no es otra que cada vez nuestros alumnos quieren estudiar menos, cada vez se les exige menos y cada vez pasan más tiempo en la escuela, más para conseguir menos, ¿dónde está el error?, quizás en las calenturas primaverales de algunos.

*Responsable de Acción Sindical y

Comunicación de ANPE en Cáceres.