El 80% de los extremeños no está conforme con la calidad del suministro eléctrico que recibe, según se pone de manifiesto en una encuesta realizada por la Asociación de Consumidores y Usuarios de Extremadura. Este dato, al que se le añade que la totalidad de las personas consultadas estaría dispuesta a cambiar de compañía, revela lo mucho que debe mejorar el servicio en una comunidad en la que la producción de energía es uno de sus principales ejes industriales. Pese a que las eléctricas han logrado en el último año reducir en un 20% el número de cortes de luz que se producen en los hogares y empresas de la comunidad, las numerosas y constantes anomalías en el suministro no dan pie al optimismo. El mapa extremeño de cortes de luz aún es lo suficientemente denso como para seguir exigiendo a las eléctricas un mayor compromiso hacia el ciudadano. Porque algo se ha avanzado, pero lo conseguido todavía no es suficiente.

El esfuerzo inversor que hoy realizan las dos compañías que operan en Extremadura es destacable, aunque deja flecos importantes que sólo con una mayor implicación empresarial y la aplicación de la flamante normativa autonómica, con la Ley regional de Calidad del Suministro Eléctrico, se pueden atenuar.