Nueva demostración de malestar en la calle. Esta vez, miles de personas se reunieron simultáneamente en 64 ciudades españolas, también en Extremadura, para protestar contra las políticas de recortes, el desempleo y la corrupción y en defensa de los servicios públicos y la regeneración de la democracia. La protesta se enmarca en una campaña conjunta a nivel europeo impulsada por la por la Confederación Europea de Sindicatos que culminará con protestas en Bruselas el jueves con motivo del Consejo Europeo de primavera. El objetivo: denunciar la política de austeridad.

En España, la protesta incluía motivos de rechazo que no aparecen en las plataformas europeas y que, por sí mismas, son un perfecto resumen de la situación económica del país: la alta tasa de desempleo, el aumento de la precariedad laboral, los dos millones de desempleados sin prestación, el desmantelamiento de los servicios públicos, y los recortes en sanidad, educación, dependencia o investigación. Precisamente en Extremadura, el líder de Comisiones Obreras, Julián Carretero criticó los recortes en "servicios esenciales como educación o sanidad" y pidió "un cambio radical" en estas políticas. Además, apuntó que es necesario "superar la crisis política e institucional que se está viviendo en España" e hizo una llamada "a la izquierda para que de verdad sea capaz de hacer una política para la gente".

Y es que la jornada de protesta de ayer supone un nuevo (otro más) mensaje de la calle al Gobierno de Rajoy . Esta vez convocaba la Cumbre Social (donde están integrados los principales sindicatos, así como organizaciones de vecinos, de mujeres y oenegés de diferentes ámbitos) y no la PAH o las ya famosas mareras, pero ya sea a cargo de unos o de otros hace tiempo que la calle está avisando de que una parte importante de la ciudadanía no comulga con esta política económica. Y una nueva idea está creciendo: que corrupción, paro y recortes son diferentes caras del mismo fenómeno, la idea que subyace tras el eslogan de que esta crisis es, en realidad una estafa.

Para muchos, los sindicatos forman parte de ese mismo establishment contra el cual se protesta y al cual se le exige una regeneración. Por eso la movilización de ayer es una buena noticia para los sindicatos, cuya popularidad no pasa por el mejor momento y que han perdido protagonismo en la calle frente a las nuevas formas de movilización que se están produciendo. Aun así, las centrales sindicales. ¿Se cuece una nueva huelga general? Ayer, los líderes sindicales lo negaron, pero el malestar es evidente.