Hace unos días, hemos leído la intención de cambiar el nombre a ciento setenta y cinco calles de la ciudad, así como comentarios posteriores en este mismo diario. No creo que se haya pensado en el absurdo de esta propuesta, el perjuicio para todos, vecinos, visitantes, servicio público… etcétera. Si fueran dos o tres, bueno, pero 175 cambios, ¿quién se los iba a aprender? ¿Es que no hay otras cosas más importantes de las que ocuparse en Cáceres? O ¿es que lo tenemos todo resuelto?

Si lo que se quiere es que también figuren nombres de mujeres, me parece bien pero con las que vayan surgiendo y que dejen las que están como están.

Y que no trascienda esta intención más allá de nuestras fronteras y quedásemos en ridículo igual que aquello (ya hace muchos años) de la Maja de Goya y el cabo Piris.