A caballo entre el siglo XVII y XVIII, Giambattista Vico escribió una obrita muy singular, titulada en castellano Principios de ciencia nueva. En torno a la naturaleza común de las naciones , y en ella avisaba de que la Historia no avanza de manera lineal, sino a través de ciclos, en el seno de cada uno de los cuales existen tanto avances, como retrocesos.

No hace falta ser muy perspicaz para determinar que estamos viviendo, o bien un cambio de ciclo, o bien un cambio de tendencia dentro del ciclo, que implica un evidente retroceso. La ausencia de ideología y compromiso, el gap moral entre los avances tecnológicos y la fortaleza ética, y, sobre todo, la decadencia de Occidente, cumpliendo y haciéndose evidentes muchos de los síntomas señalados por Spengler , son jalones que nos señalan que algo profundo está sucediendo, aunque nadie sea capaz de advertirlo hasta que se derrumban las bolsas.

Ya nadie lee a Spengler, y sus observaciones sobre los factores psíquicos aplicado a los acontecimientos económicos, matarían de risa a cualquier ejecutivo, de no ser porque algunos de ellos están asustados por si les liquidan el contrato. Y es que, en poco tiempo hemos pasado del materialismo histórico de Marx al materialismo histérico de un Occidente, donde la cobardía avanza y crece, enlazada del brazo con la comodidad.

Cuando Roma tuvo que formar sus legiones con esclavos y libertos, porque los hijos de los patricios no querían renunciar a sus termas y sus saraos, comenzó la decadencia del imperio. Observe la etnia y el rostro de los soldados del Imperio Occidental: no se ven hijos de patricios. Deben de estar mirando asustados las cotizaciones de bolsa, sin comprender de dónde viene este derrumbe, porque han estado muy ocupados contando dinero y no iban a perder el tiempo leyendo a Spengler o a Giambattista Vico, ni mucho menos a defender sus intereses en persona, pudiendo tener un ejército de alquiler.

*Periodista