Dicen voces autorizadas que en los próximos tiempos será más fácil darse trabajo a uno mismo que encontrarlo en un negocio ajeno. Lo cual viene sucediendo desde el año pasado cuando ya aumentó el número de autónomos por primera vez desde 2008. Ha sido en 53.300 y la cifra total alcanza los 5 millones. Tras sufrir un auténtico periódo de extinción masiva (más de 47.000 autónomos han echado el cierre en España en 2012 y 568.000 desde 2008), el autoempleo se perfila como la alternativa más viable para remontar la situación económica y reducir las cifras de desempleo.

Nuestra comunidad autónoma se ha sostenido en el letargo económico durante los últimos 30 años a base principalmente del erario común. Las características demográficas y el entorno económico más reducido y menos competitivo han favorecido que nuestra supervivencia se haya basado principalmente en el sector agrícola y en el sector público. Ser la única región objetivo 1 de Europa, no es la situación más deseada.

Además, las circunstancias han cambiado: jugamos en la liga europea y mundial, las condiciones laborales gozan de menor estabilidad y para cualquier tarea la formación y especialización son imprescindibles. Es más, hay licenciados, pero no existen empresas especializadas. Por otro lado, no podemos olvidar que formamos parte del Sur, donde en pocas ocasiones se han instalado grandes empresas con gran número de trabajadores. Razones que nos obligan a tomar la iniciativa.

Teniendo en cuenta el pasado para afrontar el futuro con realismo, el medio y largo plazo de Extremadura se presenta como en cualquier lugar cuasi intacto, lleno de posibilidades. Desde su llegada al gobierno, el actual ejecutivo regional ha promulgado la idoneidad de un cambio de modelo para sentar las bases de un crecimiento sostenible y productivo y para en primer lugar, salir de la crisis.

XEXTREMADURAx junto a Madrid y Canarias (debido a la temporada alta del turismo), han sido las únicas regiones que han aumentado su número de cotizantes en el régimen autónomo. Nuestra región ha ganado 168 altas netas nuevas. Un minidato positivo que anima a pensar que hay terreno por desarrollar en este campo.

Entre los factores que los extremeños deberíamos aprovechar para potenciar nuestro PIB, se encuentran Portugal, la agricultura y la ganadería, el turismo, la dependencia o los servicios sociales. Sectores que en cualquier circunstancia aseguran la continuidad. Visto que nadie encuentra una receta mágica parecida al ladrillo, estos son los mimbres que podemos construir. Pero antes de dar el paso hacia el autoempleo, que muchos consideran un precipicio, habría que caminar por una fase de concienciación colectiva sobre la importancia y trascendencia del trabajador por cuenta propia o de las microempresas. Para ello, el ciudadano precisa de un pacto entre los partidos políticos para tener la certeza de que la apuesta es segura gobierne quien gobierne.

También serían positivas campañas de divulgación profesional que se extiendan desde el ámbito educativo hasta el rural. Además y en este momento, tras las subidas de impuestos y la corrección de gran parte del déficit, son necesarias medidas para que los emprendedores vean oportunidades donde en la actualidad ven riesgo y tiempo perdido. Tarea más loable de conseguir en regiones como Extremadura, donde la costumbre ha impuesto un modelo de vida opuesto al que está llamando a la puerta.