WLwas elecciones legislativas de ayer constituyen un giro para la historia atormentada de Palestina. Por primera vez, un grupo armado, Hamás, que aboga por la destrucción de Israel, pasó por las urnas y obtuvo el 30% de los votos, según los sondeos, lo cual le coloca en la antesala del poder. Al Fatá, el partido fundado por Yasir Arafat , con una estimación de voto del 40%, se prepara para ceder parcelas de gobierno a sus oponentes,

El presidente palestino, Abú Mazén , tuvo el coraje de incitar a Hamás a mantener la tregua y concurrir a las urnas para alejarle de los obuses y el terrorismo suicida. Pero asumió un riesgo. Los mismos israelís están divididos entre quienes creen que Abú Mazén ha metido a la serpiente en el jardín y los que consideran mejor que Hamás no se perpetúe en la clandestinidad y se corresponsabilice de lo que pase.

La apuesta del presidente palestino consiste en que Hamás tenga un papel político no dominante, pero comprometido con la reforma institucional y la lucha contra la corrupción. El Estado con el que sueñan los palestinos no puede salir de la continuidad de la vieja situación cargada de violencia e incuria, en quiebra permanente, y dependiente de la ayuda internacional.